Cristina Gutiérrez terminó otra agotadora jornada en el Rally Dakar junto a su copiloto Pablo Huete y el Mitsubishi Eclipse Cross, la piloto burgalesa tuvo que emplearse a fondo para superar un recorrido cuyo segunda mitad se presentaba especialmente complicada. Para colmo, un pinchazo en la primera le hizo acumular un retraso adicional.
Tras el paso del ecuador de la primera semana de competición en el Dakar anticipa ya lo que les espera a los participantes en la segunda mitad de la carrera.
Y en la jornada de hoy, los organizadores retiraban ya el entrante de montañas y cañones clavados en la arena para introducir en la dieta de los competidores una pizca del plato fuerte que se cocina a fuego lento para ser paladeado después de la jornada de descanso: el desierto arábigo en todo su esplendor. Hoy se alcanzaba Ha’il, con unos primeros kilómetros mixtos, de arena y piedras para, a partir del km 150, convertirse en un auténtico mar de dunas: las del gran arenal de Al Nufud. Los encargados de confeccionar la ruta avisaban a los participantes del vértigo que les esperaba en el descenso hacia Ha’il.
Tras pinchar antes de la neutralización, Cristina Gutiérrez y Pablo Huete retomaban la marcha a buen ritmo, aunque su paso era ralentizado por el deteriorado estado del firme tras el paso de sus antecesores, lo que limitaba notablemente la capacidad de tracción del coche de la piloto burgalesa, que además se detenía a prestarle una pieza de recambio al coche de Isidre Esteve, parado en el recorrido. “Nos hemos encontrado en el camino a Isidre -Esteve- y le hemos prestado una pieza para que pudieran continuar, espero que les haya ido bien”, explicaba la española, portadora del dorsal 336 de la competición, al llegar a meta.
Al final del día, el botín era el puesto 43º de la general, 6º entre los T1 4×4 diesel mejorados, que le permite dar carpetazo a la jornada en la posición 38ª absoluta y la 7ª de su clase.
«La de hoy ha sido una jornada agotadora. Antes de la neutralización hemos pinchado y la segunda parte no nos ha beneficiado. Eran dunas, cuya arena estaba muy movida cuando pasamos nosotros y apenas había adherencia. En esas condiciones los buggies se ven beneficiados y los Side by Side nos pasaban como aviones”, comentaba Gutiérrez.
Y añadía: “Falta un día más para la etapa de descanso; espero que hagamos un buen papel y que consigamos ser constantes. La buena noticia es que parece que por fin hoy vamos a poder montar la pieza que nos va a dar la potencia de la que hemos carecido estas última etapas; vamos a ver si mañana salimos ya con el coche al cien por cien, aunque el coche ha sufrido hoy más que en otros días«, finalizaba.
Riad, la capital de Arabia Saudita recibe a los supervivientes al término de la jornada de mañana, con un largo itinerario de 830 kilómetros y una especial de 478, la más larga de las disputadas hasta el momento.